A. Albert Shweitzer dijo: “El hombre ha perdido su capacidad de prever y de anticiparse. Terminará por destruir la Tierra”. Por supuesto, ahora somos muy conscientes de ello y la conservación del medio ambiente, y por ende del campo, se ha convertido desde hace un tiempo, en uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Estas palabras las podemos encontrar en el libro “Primavera silenciosa” de Rachel Carson. Pero, para este blog, voy a echar mano de otro magnífico libro “La venganza del campo” de Manuel Pimentel, un estupendo ensayo que trata de reflexionar sobre el presente y el futuro del campo.
La España vaciada
El campo se abandona mientras las ciudades grandes crecen, dejando atrás a las ciudades pequeñas y pueblos. Aunque la población dedicada a la agricultura ha disminuido significativamente, su importancia para nuestra subsistencia no debe olvidarse. En 1986, el porcentaje de población dedicada a la agricultura era del 15,4%, mientras que actualmente es del 4,5% y se espera que disminuya aún más en 2030. Aunque la población dedicada a la agricultura ha disminuido significativamente, su importancia para nuestra subsistencia no debe olvidarse.
Hoy en día, la mayoría de la población está desconectada de la agricultura y no comprende sus necesidades ni demandas.
El trabajo en el campo: un oficio en riesgo de extinción
A pesar de los avances tecnológicos en la agricultura, es esencial para nuestra supervivencia. Sin embargo, la falta de comprensión y apoyo hacia este sector pone en riesgo su existencia. La exigencia de alimentos de calidad a bajo costo sin considerar las necesidades y desafíos de los agricultores es contradictoria. Además, se imponen limitaciones y restricciones que dificultan aún más su labor. Es necesario reflexionar sobre la importancia de la agricultura y brindar los recursos necesarios para su desarrollo sostenible. En resumen, pedimos resultados sin dar los recursos necesarios.
Los agricultores, ganaderos y pescadores son como los pilares invisibles que sostienen la sociedad, trabajando incansablemente para alimentarla de manera sostenible y rentable.
Es como tener un buffet infinito en el que siempre hay comida disponible para nosotros, sin importar la época del año o el precio.
Es necesario reconocer la importancia de la agricultura y brindar los recursos necesarios para su desarrollo sostenible. Debemos valorar el arduo trabajo de los agricultores, ganaderos y pescadores, quienes son fundamentales para alimentar a la sociedad de manera sostenible y rentable. La aparente abundancia de alimentos en los países desarrollados ha llevado a una sensación de disponibilidad constante, sin importar la época del año o el precio.
Nunca en la historia de la agricultura tuvo menos peso económico, político, social y cultural que en la actualidad. A la agricultura se la conoce como sector primario, no porque sea la más elemental, sino porque, sin ella, nada más de los demás existiría.
El principio del cambio en el campo
La disminución de las tierras fértiles y el aumento de la población es como tener menos asientos disponibles en un autobús cada vez más lleno.
La adaptación del sector agrícola y ganadero a las nuevas tecnologías es primordial. La tecnología es como un motor que impulsa el sector agrícola y ganadero hacia adelante, permitiéndole satisfacer las demandas crecientes de una población en constante aumento y adaptarse a las necesidades cambiantes de desarrollo y sostenibilidad en todo el mundo.
Pero de igual importancia es el cambio a una agricultura sostenible, que cuide los recursos naturales. Es necesario cuidar el suelo, la biodiversidad de la zona, el entorno natural que rodea los cultivos, para que éstos puedan darnos unos frutos de calidad durante mucho tiempo.
Sine agricultura, nihil
“Sin agricultura, nada”
Nosotros estamos decididos a luchar por cambiar esta visión del campo, y devolverle la visibilidad y la categoría que se le ha ido negando a lo largo de los años. Y por supuesto, reivindicar la importancia de una alimentación de calidad.
Y tú, ¿nos ayudas?
Con que quede claro este mensaje, me doy por satisfecha.