La patata, esa hortaliza humilde y silenciosa, que está en todas nuestras casas y es un imprescindible en nuestra cocina. Y, sin embargo, sigue siendo considerada un alimento de segunda categoría y no se le reconoce su importancia. Hoy te cuento el auténtico valor de una patata.
La agricultura es un trabajo
Si las patatas no tienen reconocido su valor por una gran mayoría de los consumidores, la agricultura tampoco está considerada un trabajo. Aún sigue estando muy extendido el cliché de que si te dedicas a trabajar en el campo es que no sirves para otra cosa. La realidad es que el trabajo agrícola suele ser vocacional y por elección. Un trabajo tan duro sólo puede realizarse si estás convencido y orgulloso de tu profesión.
La agricultura es una profesión que tiene mucha reticencia al cambio, pero, como en cualquier trabajo, es necesario reciclarse y actualizarse para ir al ritmo de lo que la sociedad demanda. Nuevas técnicas de cultivo, nuevos fitosanitarios, nuevos equipos, nuevas tecnologías, en gran parte destinadas a crear una agricultura sostenible, rentable y respetuosa con el medioambiente.
Quermos ser parte activa en este cambio, implementando técnicas de cultivo que produzcan una patata de calidad y saludable, respetando a su vez nuestro entorno, y creando una empresa rentable que proporcione empleo y riqueza en el medio rural. Un juego de malabares al que juegan muchos empresarios del sector primario y por supuesto de otros sectores también. Esto supone un esfuerzo extra de información sobre nuestro trabajo, porque no se puede valorar lo que no se conoce.
¿Cuánto cuesta una patata?
Para comprender realmente de donde sale el precio de los productos, primero es necesario reconocer que la agricultura es un trabajo como otro cualquiera y que las empresas agrícolas, como cualquier empresa o cualquier trabajador, tienen gastos e ingresos.
Realmente, el cálculo de los precios que nosotros hacemos, los que ves en nuestra tienda online, vienen determinados por el coste de producción de la campaña en curso. Dentro de estos costes de producción podemos citar arrendamientos de tierras, gasoil, electricidad, agua, semilla, fitosanitarios, arreglos de maquinaria, salarios, cuota de autónomos y resto de impuestos (sociedades, IVA, IRPF…), gastos de gestoría, teléfono, internet, mantenimiento web, sacos, etiquetas …. Muchas veces ni siquiera contamos las interminables horas de trabajo que aportamos a nuestra empresa. Las subidas de precios también nos afectan a nosotros, incrementado los costes de producción.
Una vez calculado el coste de producción, se incrementa de manera coherente (por lo menos en nuestro caso) para tener un beneficio. Porque una empresa sin beneficio no tiene sentido, porque tú no trabajarías gratis. Ese beneficio sería el equivalente a tu sueldo, que empleamos para pagar hipoteca, comida, ropa, gasoil, seguros, material escolar. ¿Te suena? Tenemos familia y, aunque vivimos en un pueblo, nuestros gastos son iguales a los tuyos. Parte de esos beneficios se reinvierten otra vez en la empresa, al ser un sector muy cambiante en cuanto a demanda y precios, a veces hay que tirar de ahorros para poder seguir produciendo.
A veces recibimos quejas del precio de las patatas o simplemente perdemos clientes por esto, pero no nos es posible vender nuestro producto perdiendo dinero. Estoy segura de que tú no lo harías en tu trabajo. Este es uno de los principales problemas del sector que poco a poco está condenado a desaparecer (sin agricultores ni ganaderos, no hay alimentos). Gran parte de los agricultores venden su producto a mayoristas a precio de coste o inferior, lo que a medio plazo resulta inviable de mantener. Otros mayoristas valoran el producto y pagan un precio justo.
Lógicamente, los pequeños productores no podemos competir ni en precio ni en volumen con las grandes cadenas o con los mayoristas, que pueden poner precios más bajos (a veces comprometiendo la calidad del producto) para atraer al gran público. Otras veces, se traen alimentos de países donde la mano de obra es muy barata (desafortunadamente) y la legislación es mucho más “relajada” en cuanto a productos químicos que en España (mucho cuidado con esto, no solo pasa en las patatas).
Nosotros optamos un modelo de negocio mixto, parte de la producción se vende a mayorista previo contrato (esto supone dinero seguro) y parte se dedica a venta directa (tienda online y canal Horeca). Realizar venta directa de nuestro producto supone dar valor a nuestras patatas y nuestra marca, marca que vía mayorista se diluye.
Otros beneficios
Los productos naturales tienen un valor significativo en varios aspectos:
Salud y Bienestar
- Beneficios Nutricionales: Los productos naturales, como frutas, verduras y hierbas, suelen ser ricos en nutrientes esenciales, vitaminas y minerales que son vitales para una buena salud.
- Menos Procesados: Al ser menos procesados, los productos naturales tienden a contener menos aditivos y conservantes, lo que puede ser beneficioso para la salud.
Medio Ambiente
- Sostenibilidad: La producción de productos naturales a menudo implica prácticas agrícolas más sostenibles que pueden ayudar a preservar el medio ambiente.
- Biodiversidad: Fomentan la biodiversidad al promover la variedad de cultivos y la conservación de especies nativas.
Economía
- Mercados Locales: Los productos naturales a menudo se producen y venden localmente, lo que puede apoyar a las economías locales y reducir la huella de carbono asociada con el transporte.
- Valor Añadido: Los productos naturales pueden tener un valor añadido debido a su calidad y los métodos de producción sostenibles.
Cultura y Tradición
- Patrimonio Cultural: Muchos productos naturales están profundamente arraigados en las tradiciones y culturas locales, y su producción y consumo pueden ayudar a preservar estas tradiciones.
- Gastronomía: Los productos naturales son fundamentales en la gastronomía, aportando sabores auténticos y únicos a la cocina.
Estos aspectos hacen que los productos naturales sean valiosos no solo desde una perspectiva de salud, sino también desde un punto de vista ambiental, económico y cultural.
El valor de una patata
Cada vez que compres un producto/servicio a un agricultor, ganadero, artesano, en un comercio o comas en un restaurante, piensa en la trayectoria de ese producto/servicio y en la persona que lo suministra. Apuesta por la calidad y valora los alimentos que consumes. Porque esto repercute directamente en tu salud y en la de tu familia, y además, contribuyes a que nuestros pueblos sigan vivos y a mantener un negocio en marcha.
“Si la gente pudiera ver que el cambio se produce como resultado de millones de pequeñas acciones que parecen totalmente insignificantes, entonces no dudarían en realizar esos pequeños actos (Howard Zinn)”