Una buena semilla de patata es la base para una excelente cosecha. Al final se recoge lo que se siembra, por lo que es importante un buen inicio.
Con la llegada de la primavera toca empezar la siembra de las patatas que cuidaremos hasta su cosechado en septiembre. Sin embargo, antes de dar comienzo a esta etapa llena de ilusión y esperanza, toca realizar una serie de tareas que son imprescindible para llevar a buen puerto nuestros objetivos: la obtención de una patata natural, sabrosa y de calidad. Una patata con sabor a patata.

Preparación del terreno
En primer lugar, entre enero y marzo, llevamos a cabo la preparación del terreno donde se van a sembrar este año las patatas (debido a la rotación de cultivos, hay que cambiar cada año de parcela, pero ésto se merece otro post) con labores de arado y abonado para que la tierra esté bien preparada para recibir la semilla. Sólo utilizamos abono orgánico, gallinaza o estiércol de pollo para abonar las parcelas. También dejamos preparados los surcos o caballones que albergarán la semilla de la patata.

En el caso de un huerto casero, el proceso es similar, es necesario mover el terreno para que se airee y abonarle para que el suelo tenga los nutrientes necesarios para dar de comer a la semilla de patata y pueda desarrollarse correctamente. Nosotros utilizamos abonos orgánicos respetuosos con el medioambiente y de origen animal.
Atemperado y selección de la semilla de patata
La semilla de patata la compramos certificada y española, principalmente de Burgos y Palencia. Sólo cultivamos patata nacional. Las patatas de semilla las recibimos unas semanas antes de sembrarlas porque es necesario que se atemperen en nuestro almacén, ya que han estado mucho tiempo en cámaras para preservarlas.
Una vez pasado este tiempo de atemperado, procedemos a su selección. En este proceso manual, eliminamos las semillas de patatas que puedan venir en mal estado y a la vez las separamos en dos tamaños. El tamaño menor (unos 35-40 mm) se sembrará directamente mientras que el tamaño mayor (unos 45-55 mm), lo partiremos en dos para tener dos semillas. Así conseguimos homogeneizar el tamaño de la semilla. Este proceso nos nos facilita mucho el proceso de siembra.
A la hora de partir las patatas, hay que fijarse muy bien que queden, lo que se denominan «ojos», en ambos trozos. De esos «ojos», brotarán los tallos y raíces que darán lugar a nuevas patatas. Este proceso de partir las patatas lo realizamos también de forma manual con un cuchillito y mucha paciencia.
La siembra de las patatas
La siembra la realizamos con una sembradora de patatas que introduce las semillas de patata en el surco a una distancia predeterminada que tenemos bien estudiada. Esta distancia adecuada evita la competencia entre plantas. Como bien sabréis, las patatas son tubérculos, esto quiere decir que nacen bajo tierra, de las raíces. La parte aérea (las hojas y la flor), son las que dan sustento, mediante el proceso de fotosíntesis, a la patata que está escondida en la tierra.

Si te decides a plantar patatas en tu huerto, debes introducir las semillas de patata a una distancia de aproximadamente un paso entre una y otra (unos 45 cm). Es necesario asegurarse de que las semillas de patata no sobresalen del surco puesto que necesitan esa oscuridad y protección que les da la tierra para poder desarrollarse correctamente.
Cuidado de la planta de la patata
Ahora vienen unos 6 meses de cuidados constantes, riegos, control de plagas, hasta que llegue el momento de la cosecha, pero eso ya es otra historia.

¿Te animas a probar?


