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La patata agria es el todoterreno de las patatas. Muchas personas destacan su calidad como patata para freír (consigues patatas crujientes por fuera y blanditas por dentro) sin embargo, esto sería despreciar lo que hace a la patata agria única: su forma de adaptarse a cualquier plato.
La patata agria es la opción para todos tus platos. Frita, en guisos, purés, asadas o cocidas. También se diferencia porque aguanta largas temporadas sin perder sus propiedades. Es una patata para tener siempre en casa.
Puesto que cultivamos patatas en nuestra tierra, en Pinarnegrillo (Segovia), la patata agria es nuestra favorita de las más de 3000 variedades de patatas que existen en el mundo. Y es que la variedad agria se adapta muy bien al clima frío que tenemos en Segovia.
El sabor de una patata depende no solo en su variedad, sino también de la relación entre almidón (materia seca) y agua. Aproximadamente un 80% de la patata es agua, y lo demás es lo que se conoce como materia seca (18-24% en el caso de la patata agria).
Y aquí es donde se producen sabores diferentes. Puede ser que compres patata agria con más de 80% agua (menor materia seca), lo que influye bastante en el sabor.
Nuestra patata agria tiene cerca de un 18-20% de materia seca: es la relación óptima entre agua y materia seca para que la patata agria tenga su sabor característico y su comportamiento polivalente en la cocina.
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