No te lo voy a negar, la agricultura es un 50% ciencia y un 50% incertidumbre.
El inicio
Y en el caso de las patatas, la incertidumbre aumenta, ya que, al crecer bajo tierra, hasta que no llega el momento de la recogida, no sabes a ciencia cierta cómo irá la campaña. Y ha llegado ese momento, después de 5 meses de cuidados constantes, por fin podemos recoger el fruto de nuestro esfuerzo: la Patata de Pinarnegrillo.
Con la llegada del final del verano llega también el tiempo de cosechar las patatas que con tanto amor hemos estado cuidando. La recogida depende mucho de las condiciones climatológicas y del mes de siembra. Este año, con la ausencia de lluvia y el calor, se ha adelantado un poco. La mata de la patata se va secando poco a poco de manera natural cuando el tubérculo llega a su momento óptimo de crecimiento. Es entonces cuando sabemos que están listas para ser cosechadas.
Nos preguntábamos entonces ¿Cómo vendrá el clima? ¿Tendremos que hacer frente a muchas plagas? ¿Será buena la cosecha de este año? Como ves, la agricultura está muy lejos de ser una ciencia exacta. Después de años de experiencia y un conocimiento profundo de nuestros cultivos, tratamos de ajustar todos los parámetros que determinan que la cosecha sea un éxito. Aún así, a veces, la naturaleza nos pone pruebas difíciles de superar. Porque para conseguir un alimento de calidad, es necesario invertir mucho esfuerzo, la naturaleza quiere que lo valoremos. Y el clima este año no ha sido muy benévolo, ausencia de lluvias, calor extremo…
Con la tierra de Pinarnegrillo y nuestra experiencia de más de 30 años, hemos conseguido una Patata Agria de excelente calidad organoléptica y culinaria. Esta variedad es la más demanda por nuestros clientes de hostelería, tiendas y particulares por su gran versatilidad en la cocina, una sola variedad de patata para todo.
Esta campaña, que dio inicio en diciembre con la preparación de las parcelas, se han sembrado (en marzo) aproximadamente 11 ha. Una parcela de 1 ha está dedicada a campo de pruebas, donde probamos otras variedades y su capacidad de adaptación al clima (a veces extremo) segoviano. Este año ha tocado la variedad Lady Amarilla destinada a industria. Y queda también hueco para nuestra patata más “fashion”, la Patata Violeta, de color intenso y sabor dulce.
La batalla de la agricultura
Pero con la cosecha empieza otra batalla que muchos agricultores debemos luchar. ¿Cómo estará el mercado de la patata? ¿Habrá mucha demanda? ¿Se valorarán los productos de proximidad de calidad? ¿o por el contrario primará en precio en la cesta de la compra? ¿Deberemos hacer frente a muchas importaciones de otros países en detrimento de la patata nacional?
Estas preguntas se siguen sucediendo temporada tras temporada. Y muchas de ellas no hallarán respuesta hasta el mismo momento de vender las patatas. En nuestro caso hemos intentado solventar el problema de los precios contratando la cosecha antes de sembrarla, a un precio fijo, aproximadamente 9 ha. Gracias a ésto y con un exhaustivo control de costes, podremos ajustar ciertos parámetros para obtener el beneficio que deseamos (bueno, no siempre pero se acerca).
Y el resto de la patatas ¿qué?
Sin embargo, la parte restante de la cosecha la guardaremos en nuestros almacenes para abastecer a nuestros clientes de hostelería y tienda online. Esta parte en precio libre sí está sujeta a las fluctuaciones del mercado. ¿Cómo hacer frente a esto? Obviamente hay una parte variable que no podemos controlar como empresa pequeña y familiar que somos (gustos del cliente, competencia, ofertas…), pero hay otra, muy importante que sí está en nuestra mano. ¿Y cuál es? Valorar nuestro producto. Sí, has leído bien, valorar la calidad de nuestro producto es primordial para obtener unos buenos resultados.
Y es que en Patatas Tarsa estamos convencidos de las cualidades únicas de nuestras patatas, y lo transmitimos así a nuestros clientes. Con el paso del tiempo, nuestra clientela la componen personas que valoran el producto que compran, y quieren ofrecer calidad sin sorpresas en sus platos.
Hace unos años decidimos no competir por precio. Si compites por precio, te sorprenderás un día malvendiendo el producto que con tanto esfuerzo has cultivado por un precio ínfimo. Esto lleva a un menosprecio de éste y de ti mismo, no valorar el producto significa no valorar tu trabajo. Y un trabajo que no produce beneficios está condenado a la desaparición.
¿Y por qué no se valoran ciertos productos? Por desconocimiento. Una inmensa mayoría de la población desconoce lo que realmente es el trabajo del campo, y no puedes valorar aquello que no conoces.
Desde Patatas Tarsa pensamos que es fundamental informar al público en general del día a día del trabajo del agricultor para que se sepa de dónde vienen los alimentos que consumimos, así como la importancia de comer productos de calidad para gozar de una buena salud. Somos lo que comemos.
Valora lo bueno
No te equivoques al leer este artículo, sabemos bien las dificultades del sector, la dureza de las condiciones de trabajo, y el problema de los precios. Pero también sabemos que una visión catastrófica de la agricultura no hace más que agravar este problema y a la vez socava el interés de las nuevas generaciones en tomar el relevo en las explotaciones agrícolas y ganaderas. Por eso, hemos decidido cambiar nosotros, buscando maneras de aportar valor a nuestro producto y dando a conocer el día de día de la agricultura al público. Un trocito de campo en tu casa.
«Si tú sabes lo que vales, ve y recoge lo que mereces»